Todo sobre la Liposucción

¿Qué es la mamoplastia?

La mamoplastia es una intervención de cirugía estética que puede servir tanto para aumentar el tamaño del pecho a través de prótesis (mamoplastia de aumento), como para su reducción (mamoplastia de reducción) o para la reconstrucción del pecho tras una mastectomía o como parte de la cirugía de cambio de sexo.

Los implantes pueden ser salinos o de silicona, según el relleno de los mismos. Desde el punto de vista de su forma pueden ser redondos o anatómicos (con forma de gota y con apariencia más natural). Respecto a su textura pueden ser lisas o texturadas (rugosas).

Las operaciones de aumento o reconstrucción de pecho son muy populares. Las que se realizan por razones cosméticas no son financiadas por los seguros médicos.

Los implantes pueden introducirse en el cuerpo por diferentes vías:

  • Submamaria: A través de una incisión en el pliegue submamamario.
  • Vía areolar: La incisión se realiza en el límite del complejo areola-pezón.
  • Vía axilar: La incisión se realiza en el fondo de la cúpula axilar.
  • La prótesis también puede situarse a varios niveles:
  • Subglandular: Bajo la glándula mamaria y sobre el músculo pectoral.
  • Subpectoral: Entre el músculo pectoral mayor y el plano costal.
  • Subfascial: Entre la aponeurosis y el músculo pectoral.

Tanto el tipo de implante como la vía de introducción y el lugar de colocación serán elegidos por el cirujano dependiendo de cada caso.

Existía la creencia de que las prótesis mamarias debían cambiarse cada varios años pero, si no ocasionan molestias, éstas pueden permanecer indefinidamente. Se aconseja cambiar los implantes de silicona cada 8 o 10 años para prevenir su rotura por erosión y evitar que su contenido entre en contacto con el cuerpo. En los implantes salinos no es necesario, ya que, en caso de rotura, su contenido sería reabsorbido por el cuerpo. Sin embargo, este tipo de implantes tiene otros inconvenientes como la posibilidad de que se deshinchen, pueden provocar sensación de frío o sonidos (si hay burbujas de aire en su interior) y son más duras al tacto.

La elección de la proyección y diámetro de las prótesis es fundamental para unos resultados adecuados a las características de cada paciente. El cirujano podrá aconsejar sobre este punto teniendo en cuenta las medidas de la base mamaria y la altura.

La operación suele realizarse con anestesia general, tras la cual habrá que permanecer un mínimo de 24 horas hospitalizado. Si se realiza con anestesia local y sedación, la cirugía es de carácter ambulatorio y no es necesario el ingreso. El drenaje se retira a las 24 horas y los puntos entre los 7 y los 14 días.

Tras la cirugía es normal encontrarse cansado pero se puede hacer vida normal a las 48 horas. Las mamas pueden doler durante un par de semanas pero el dolor se controla bien con los medicamentos que prescribe el cirujano. Durante una semana se deberá llevar un vendaje que mantiene los implantes en su sitio. Durante el primer mes se deberá dormir boca arriba y con un sujetador que mantiene la posición de los implantes.

Deberá seguir las indicaciones de su cirujano acerca de los ejercicios o el levantamiento de peso en las primeras semanas.

En un principio las cicatrices presentarán un color rosado, que irá mejorando y perdiendo color en los siguientes meses, aunque nunca desaparecerán del todo.

La información anterior se refería a la implantación de prótesis utilizada tanto para la mamoplastia de aumento como para la reconstrucción. Hablaremos ahora de la mamoplastia de reducción. Este procedimiento implica la eliminación y remodelación de la piel y el tejido bajo el pezón y el movimiento de este hacia una posición más alta en la mama. Es una operación que aporta gran satisfacción a los pacientes, ya que mejora tanto su salud como su percepción estética.

La operación dura pocas horas y se realiza bajo anestesia total, por lo que se suele recomendar un ingreso de al menos una noche en el hospital. La incisión puede hacerse en forma de ancla (la más tradicional) o con incisión vertical (deja menos cicatrices, es menos invasiva y mantiene los senos firmes por más tiempo pero es una técnica nueva y no todos los cirujanos la realizan, además de no estar indicada para pechos muy grandes). También se puede realizar una liposucción mamaria, que implica absorber el tejido mamario a través de pequeñas incisiones. Esta última técnica se recomienda para pacientes que tienen una gran proporción de grasa en sus mamas.

Después de la cirugía deberá llevar drenajes durante unos días y se envolverá la zona del pecho con vendas estériles. Un par de días después se cambiarán por un sostén quirúrgico que deberá llevar en todo momento durante varias semanas.

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